Deja de traducir en tu cabeza

Cada vez que comenzamos con el estudio de un nuevo idioma, la tendencia que todo aprendiz tiene es la de traducir. Buscamos un correlativo en nuestro idioma que nos ayude a comprender las cosas nuevas que estamos estudiando. Lo que tenemos que entender realmente es que hacer este proceso de  buscar un equivalente en nuestro idioma nativo no siempre es la mejor opción y lo que nos da los mejores resultados. Hay que asimilar que cada idioma está estructurado de una manera distinta y que a veces hay cosas que no son compatibles y por lo tanto no son transferible a nuestro idioma.

Cuando ya tenemos un dominio un poco mayor del idioma muchas veces seguimos traduciendo, y ya lo hacemos sin diccionario. ¿Cómo es posible? Vamos leyendo y traduciendo a la vez, ¿por qué? Pues muy fácil. Nuestro cerebro nos está auto-convenciendo de que lo comprendemos todo, pero realmente no hace falta hacer tanto trabajo. Solo lee y disfruta.

Aquí te dejamos algunas cosas que puedes hacer para evitar traducir tanto.

  1. Deja tu mente abierta. Piensa en el excesivo trabajo que estamos dándole a nuestro cerebro, toda la información que queremos traducir entra en nuestra cabeza, la transformamos y luego vuelve a salir. Cuando estamos haciendo alguna actividad de lectura puede que podamos sobrellevarlo pero ¿qué pasa cuando hacemos ejercicios auditivos? Todo va tan rápido que nuestra pobre cabeza va a acabar echando humo. Nos perdemos muy fácilmente porque cuando el audio ya va por la palabra treinta y dos ¡nosotros aún estamos traduciendo la doce! Respira y relájate. Intenta captar el sentido general de lo que oyes y todo irá mejor.
  2. Asocia imágenes. La memoria visual es mucho mas efectiva que cualquier otra habilidad de memorizar que tiene nuestro cerebro. Recordamos mejor colores y formas. Pues usemos este preciado don para mejorar nuestro aprendizaje. Asocia palabras a imágenes que te ayuden a recordar, por lo que es muy aconsejable que cuando estamos aprendiendo nuevo vocabulario las palabras estén acompañadas de dibujos. Otro truco útil es llenar la casa de post-its con palabras que designen los objetos. El mirarlos constantemente nos ayudará a recordar muchas más palabras.
  3. Recuerda frases. ¿Cuántas veces hemos oído la expresión “Hay frases que pasan a la historia“? Pues vamos a ponerlo en práctica. Como ya hemos mencionado en una entrada anterior, en la que hablábamos de música para aprender, en las canciones encontramos muchas frases que se nos quedan y nos ayudan a recordar estructuras gramaticales, vocabulario o expresiones comunes. A todos nos suenan construcciones imperativas como las de Bobby Mc Ferrin “Don’t worry, be happy!” o verbos modales cantados por Queen “Show must go on!” o un present perfect y continuous al grito the U2 “I still haven’t found what I am looking for” así que dale al play y a recordar.
  4. Regañate. La única persona que puede ayudarte a enfrentarte a este “problemilla” eres tú. Así que pégate un tirón de oreja y convéncete de que puedes y lo conseguirás.

Todo está en nuestras manos y como siempre sabes que estamos aquí para ayudarte.