Siempre hay tiempo

Siempre decimos que no tenemos tiempo para organizarnos bien todos los proyectos que tenemos entre manos. Pero cuando nuestro alrededor nos ayuda y nos motiva para seguir en la cresta de la ola, conseguimos hacer malabares con las horas de un día y alcanzar nuestros objetivos. Es un proceso de motivación de fuera hacia dentro y de dentro hacia fuera, un empujón dado con fuerza desde el centro de nuestra espalda. Así es como muchas veces se sienten nuestros alumnos con más responsabilidades, los que necesitas más de 24 horas al día, los adultos.

Las clases que reciben nuestros adultos tienen una dinámica muy diferente a los demás. Hay un ambiente muy relajado en clase y sobre todo mucho más participativo. La actitud de esta clase de alumnos es todo lo contrario a la timidez de nuestros adolescentes, se lanzan a la aventura de hablar inglés sin miedo a equivocarse.

Para un profesor es un cambio radical, cerrar la puerta detrás de un grupo de jóvenes y abrirla a personas de su misma edad o a veces incluso mayores. La sensación de complicidad que hay entre el profesor y los adultos creemos que es lo que hace de nuestras clases algo muy singular. Ellos vienen a aprender por supuesto pero vienen a dedicarse tiempo a ellos mismos, vienen a mirarse y a enfrentar barreras personales o profesionales. Vienen a desconectar y a dejar los problemas fuera de la puerta. A conocer nuevas caras y a conocerse en nuevos retos.

Cuando logramos entender este punto de vista y ver a los adultos con la actitud y las ganas con las que entran a nuestras academias nos da a nosotros ese empujón en el centro de la espalda. Es una mutua motivación entre profesores y alumnos que reman juntos hacia una misma meta.

Nos paramos así a pensar en esos días ajetreados, en esas carreras para el trabajo o para el cole de los niños. Los recados, el super y las compras. Las millones de preocupaciones que rondan esas cabezas. Que nuestros adultos consigan desconectar de todo esto por un rato y vengan a aprender con nosotros nos hace sentir grandes, que las cosas hechas bien funcionan y que si se quiere siempre hay tiempo.